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Change...

Cambio.
Hmmm... una palabra... puntiaguda.
Con dos caras.
¿Para bueno o para malo?
La cuestión es que siempre he estado pensando en hacer cambios en todo: en mi vida, en mi habitación, en mi persona, en mi manera de ser, de pensar, en mi armario. Pero nunca había pensado en cambiar a la gente. Nunca. Y de buenas a primeras ¡ZAS! Me cuentan que alguien ha cambiado, que ha cambiado por estar conmigo, por haberme conocido. Me explican que es mejor persona gracias a mí. Fue una sensación indescriptible. No porque pensara: "vaya máquina estoy hecha, hago feliz a la gente, hago mejores a las personas", sino porque me sentí pequeña, insignificante ¿Cómo iba yo a cambiar a alguien? ¿Cómo iba a hacer yo, que ni siquiera soy capaz de cambiarme a mí misma por mucho que lo intento, que alguien cambiase y, ya para colmo, que cambiase para ser MEJOR? Era más de lo mi pequeña e insignificante mente podía procesar en aquel momento. Solo pude hacer una cosa: sonreír, sonreír con una sonrisa tan inmensa y tan grande que ni siquiera me cabía en la cara. Fue algo indescriptible, inimaginable, insuperable. ¡¡Fue la leche!! ^^
Luego, pensando y pensando, llegué a la conclusión de que yo no había hecho nada, nada que no hubiera hecho con otras personas al menos. Yo simplemente era yo. Y esa persona simplemente cambió. A lo mejor fue solo casualidad o a lo mejor sí es cierto que puse mi granito de arena en todo eso. Pero lo realmente importante para mí, es que esa persona me considere como alguien importante, como alguien que la ayudó a ser mejor. Luego, la cuestión de si es cierto o no queda en un segundo plano, ¿o no?

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  • Anonymous Lino says so:
    1:52 p. m.  

    Cierto. La cuestión de si es cierto o no queda en segundo plano. Esa felicidad era la realidad que crero la sonrisa.
    No le culpo porque cambiara a mejor. Pero desde luego no te culpo a ti por alegrarte, porque son esas palabras que no es que asumas que no escucharás, es que sencillamente nunca se te pasa por la cabeza la posibilidad de que las oigas. Y cuando las oyes, te das cuenta de que ciertamente hay ángeles en la tierra, aunque sea por un segundo. top