Luz
Ella.
La que cuando todo a mi alrededor se torna gris disipa la niebla como si de un rayo de sol se tratase.
Ella.
No hay palabras para describirla.
Es como la brisa fresca en un día de verano.
Como el viento que arrecia y te da en la cara.
Mmmm… fresca.
Pero a la vez dulce.
Dulce como el primer beso.
Y cálida.
Cálida como un abrazo.
Con solo una mirada es capaz de cambiar mi mundo.
Con solo una mirada…
Con solo una sonrisa es capaz de salvarme, de sacarme de la oscuridad.
Y sincera.
Sincera como la mirada de un niño.
Es ella.
Tan perfecta.
Tan sencilla a la vez.
Cariñosa.
Alegre.
No sé como describir lo que se siente cuando la tienes cerca.
Es como si supieras que estas a salvo, que nada malo pasará.
A su lado todo da igual porque estás con ella.
Con ella todo se ve desde otro punto de vista.
No hay dolor, solo risas.
Y si estas sola ella vendrá a hacerte compañía.
Y si te sientes triste ella vendrá a alegrarte.
Y si lloras te secará las lágrimas.
Y siempre estará ahí para mí.
Para lo que yo quiera.
Para lo que yo necesite.
Perfecta.
Y me siento feliz de haberla conocido.
Y de que esté a mi lado.
Y me siento la persona más afortunada del mundo.
Los demás no la conocen.
Viven en las sombras.
Yo ya no. Ya no.
Ella me sacó de la oscuridad.
Le dio un nuevo sentido a mi vida.
Y está ahí para mí. Siempre.
Y todas las veces que pueda decirle gracias no serán suficientes.
Todas las veces que le diga te quiero no servirán para nada.
Ella es mi luz. Mi guía. Perfecta.
Y cuando estoy con ella yo también me siento perfecta.
Ni estás palabras llegan siquiera un poco a describir su grandeza.
Pero aún así las escribo.
Que todo el mundo sepa lo afortunada que soy.
Que todos me envidien.
Y a ti… qué decirte a ti que lo eres todo.
Las palabras no llegan a tus oídos porque las palabras no son nada para ti.
Pero aún así…
A ti gracias por existir.
Gracias por haberme elegido.
Gracias por haberme salvado.
Gracias. GRACIAS.
A ti Vero. Te quiero. Lo sabes. Y siempre te querré. No importa el tiempo que pase. El tiempo ya no significa nada para mí.
La que cuando todo a mi alrededor se torna gris disipa la niebla como si de un rayo de sol se tratase.
Ella.
No hay palabras para describirla.
Es como la brisa fresca en un día de verano.
Como el viento que arrecia y te da en la cara.
Mmmm… fresca.
Pero a la vez dulce.
Dulce como el primer beso.
Y cálida.
Cálida como un abrazo.
Con solo una mirada es capaz de cambiar mi mundo.
Con solo una mirada…
Con solo una sonrisa es capaz de salvarme, de sacarme de la oscuridad.
Y sincera.
Sincera como la mirada de un niño.
Es ella.
Tan perfecta.
Tan sencilla a la vez.
Cariñosa.
Alegre.
No sé como describir lo que se siente cuando la tienes cerca.
Es como si supieras que estas a salvo, que nada malo pasará.
A su lado todo da igual porque estás con ella.
Con ella todo se ve desde otro punto de vista.
No hay dolor, solo risas.
Y si estas sola ella vendrá a hacerte compañía.
Y si te sientes triste ella vendrá a alegrarte.
Y si lloras te secará las lágrimas.
Y siempre estará ahí para mí.
Para lo que yo quiera.
Para lo que yo necesite.
Perfecta.
Y me siento feliz de haberla conocido.
Y de que esté a mi lado.
Y me siento la persona más afortunada del mundo.
Los demás no la conocen.
Viven en las sombras.
Yo ya no. Ya no.
Ella me sacó de la oscuridad.
Le dio un nuevo sentido a mi vida.
Y está ahí para mí. Siempre.
Y todas las veces que pueda decirle gracias no serán suficientes.
Todas las veces que le diga te quiero no servirán para nada.
Ella es mi luz. Mi guía. Perfecta.
Y cuando estoy con ella yo también me siento perfecta.
Ni estás palabras llegan siquiera un poco a describir su grandeza.
Pero aún así las escribo.
Que todo el mundo sepa lo afortunada que soy.
Que todos me envidien.
Y a ti… qué decirte a ti que lo eres todo.
Las palabras no llegan a tus oídos porque las palabras no son nada para ti.
Pero aún así…
A ti gracias por existir.
Gracias por haberme elegido.
Gracias por haberme salvado.
Gracias. GRACIAS.
A ti Vero. Te quiero. Lo sabes. Y siempre te querré. No importa el tiempo que pase. El tiempo ya no significa nada para mí.